NACER NO PIDE, VIVIR NO SABE, MORIR NO QUIERE. Tres Caras del Hombre.

viernes, 15 de julio de 2011

El Palenque del Sol, el Lucero y el Navegador Musical


Cuando era chico a los seis años y estaba postrado por una meningitis con 40 grados de fiebre, soñaba con una piedra grande, con una forma muy especial.
Durante una tarde ce casi 50 grados, habíamos salido a visitar a una familia amiga, a una quinta en Adrogue. El calor era tal que las ventanas abiertas de los fiat milecento, eran bocanadas del infierno. La quinta era linda. Llegamos sofocados. Recorrimos con la mirada el gran jardín de más de dos manzanas. Advertimos los enormes cedros, las añosas palmeras, los bancos de jardín, las galerías de la vieja casa, la cancha de paleta y al ladito, una gran pileta de natación.
Corrimos para mirarla y al llegar al borde sentimos un fuerte olor a verdín y el agua, estaba completamente verde.
Era una enorme desilución y el calor no aflojaba. Nos alejamos del agua caminando y anduvimos de acá para allá como penando hasta que al fin nos decidimos. Eramos tres, dos primos y yo. Andábamos con traje de baño así que lo que faltaba era saltar.
Saltamos, nos bañamos, chapoteamos y algo, nos refrescamos.
A los dos días yo ingresaba en una meningitis que por poquito no me rompe. Llegué a pasar cinco días sin poder orinar, teniendo todas las ganas de orinar, porque la cyanobacteria me había contmminado con su peligrosa neurotoxina que trae encefalitis, meningitis, crisis hepáticas y renales.


Durante esos días y noches de agonía, yo veia aquella piedra, y la volvía a ver, y cuando giraba en torno a ella, como que la venía mirando desde el sur y girando hacia la comenzaba a ver desde el oeste y veía allá al fondo un alba y repentinamente una intensa, poderosa estrella, me revelaba una curiosa coloración que jamás pude olvidar.
Papá durante mis trances me preguntó cómo era la piedra que veía y en qué contexto estaba.
Mi padre ha sido el geógrafo más excelso que he conocido, capaz de conocer y hacerme conocer lugares especiales de este mundo como nadie. Tan organizado fue en su progreso que conoció a la Argentina desde un recorrido en espiral.
La meningitis pasó y hacia fines de 1958 mi padre me llevaba de viaje para conducirme hasta un precioso y hoy muy conocido lugar para presentarme a la piedra con que soñaba durante mis trancess de fiebre e intoxicación. Mi padre había investigado y buscado y averiguado y, había dado que se trataba de una piedra en particular, no hacía mucho advertida y descubierta al mundo. Desde ella pude recordar con claridad lo que había soñado instensamente tantas veces.
ale sobre el Intihuatana de Macchu Picchu - 1958

Es particularmente consecuencia de aquella experiencia tan dolorosa y angustiante que padecí durante la meningitis por envenenamiento con aguas contaminadas la fuerza que hoy me impulsa a seguir trabajando a favor del Agua Sana, del Agua Pura, del Agua Viviente, estudiando Cuencas Lacustres como Identidades Geográficas.
Como pequeño aporte a escala global, hago lo que puedo a nivel local, puedes comprobarlo en los sitios huevs que sostengo, pero la verdad, es que pese a los años de esfuerzo y realizaciones, sigo nadando contra corriente, casi solito...
Igual cabe aclarar que}:
No soy trucho... soy salmón!

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